
Postres en cinco minutos
Quedas para comer a última hora y te dicen "si quieres trae postre"...genial. Pero tranquila, hoy te traigo cinco postres que se hacen en cinco minutos y con los que sorprenderás seguro.

Postres en cinco minutos
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No eres una buena persona. El autoengaño
Esta mañana leía una frase de Sproul que dice que “la verdad de La Biblia no depende de si uno la cree o no”. Cierto. Vivimos en el show del relativismo moral y existencial. Cada uno parece poder tener su propia visión de la realidad y todos debemos ser tolerantes los unos con los otros. Sabemos que en la práctica la tolerancia solo se aplica a los valores comúnmente aceptados y el resto se suelen atacar y despreciar catalogando de extremistas o fanáticas a las personas que los sostienen o que se atreven a alzar su voz a favor de una verdad concreta. Pero esta no es la cuestión, el caso es que la verdad, como verdad, solo puede ser una. Es decir, o Dios existe o no. Porque si me dices “bueno, tu crees que Dios existe y eso está bien. No lo comparto, yo creo que no hay Dios, pero te respeto.” Me estás tratando como a una niña pequeña o como a una lunática. Lo que realmente me estás diciendo es que Dios no existe y que, aunque te parece que estoy equivocada y que estoy diciendo algo incorrecto, no te vas a molestar en explicarme o rebatirme las cosas hasta que yo comprenda cuál es la verdad. No te importa.
A veces nos pasa esto con los niños. Nos dicen: “Mamá esto no es agua es leche. De verdad, es leche.” Sabemos que su vaso está lleno de agua, pero estamos ocupados y no tenemos tiempo para andar en debates que consideramos absurdos, así que entramos en el juego y les decimos “bueno venga pues tómate la lechita”. Los creyentes no somos pobres ignorantes que se han autoengañado o que han aceptado la respuesta más simple para así sentirse realizados y felices. “¡Qué fácil aceptar que Dio existe!”, decía yo antes de conocer a Cristo. Bueno, déjame decirte que esta no es, en realidad, la opción más fácil aunque sí la más liberadora. La Verdad nos hace libres.

La Verdad de La Biblia no cambia porque usted la crea o no.
- C.S. Sproul

No es la opción más fácil, primero, porque no es una opción. No es algo que puedas decidir o escoger racionalmente. Cuando Dios llama a sus escogidos, lo hace de un modo irresistible. Cuando escuchas la Palabra de Dios (leyendo la Biblia, una predicación, leyendo un post, hablando con alguien) y Dios te muestra la situación de pecado en que estás viviendo, la realidad de que mereces la condenación, que no eres la buena persona que creías ser y que lo único que mereces es la condenación; cuando sientes ese vacío en el pecho no puedes escoger no abrazar a Cristo. Dios se hizo hombre para vivir una vida perfecta y ofrecerla como sacrificio por ti, para morir en lugar de que lo hagan pecadores como tú en la eternidad ¿Quién podría darle la espalda a esto?
En segundo lugar, no es la opción más fácil porque implica dejar la vida pasada y esto no puede hacerse para Cristo de un modo personal. Tú puedes tomar resoluciones en cuanto a dejar malos hábitos (dejar de fumar, de decir malas palabras, de relacionarte con ciertas personas que no te hacen bien, etc.), pero esto solo son buenas obras que haces para sentirte bien contigo mismo. Pero lo que pasa cuando Dios te salva es un nuevo nacimiento. Quien eras muere y, a partir de esa persona caída, nace una nueva criatura con dones para servir a Dios, con deseos espirituales, con una visión más nítida de las cosas. Obviamente, el pecado sigue en nosotros hasta que nos vayamos de aquí y tendremos una lucha entre la carne y el espíritu. Pero, sin duda, no eres lo que eras antes de conocer a Cristo.
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Así que, volviendo a la frase que me chocó esta mañana. La Verdad no es algo que cambia en función de quien crea que realmente lo es. Yo puedo creer estar embarazada y actuar como si lo estuviera. Pero ni lo estoy ni lo estaré solo por creerlo. Yo puedo creer que no está entrando un ladrón en mi casa y actuar con una tranquilidad impasible ignorando su presencia. Pero eso no va a cambiar el hecho de que hay un ladrón en mi casa. Si no acepto la situación y la atajo, estaré en grave peligro. Si no aceptas la existencia de Dios y vives en consecuencia a esta realidad porque prefieres vivir autoengañado, estarás en grave peligro.
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Muchos creen que Dios existe como un ente inmaterial, desconocido, lejano. Pero esto no tiene ningún tipo de repercusión en sus vidas. Esto es un placebo para el alma. Dios existe y se ha revelado en un libro, ¿lo has leído? ¿Has leído alguna de sus cartas, un capítulo, algo? ¿Sabes lo que quiere Dios de ti, conoces Sus promesas, Sus mandatos, Sus juicios? ¿Sabes lo que es el pecado, lo que debes cambiar en tu vida? ¿Conoces personal e íntimamente a Dios? Porque de nada sirve afirmar que existe y no hacer nada al respecto. No eres una buena persona, aunque te comportes como si lo fueras, aunque lo creas. Lo cierto es que todos nacemos con una mancha de pecado en el alma que Dios aborrece y la única solución es buscar el perdón de Dios. Delante de las demandas de Dios nos damos cuenta de que no somos las buenas personas que creemos ser.
Acudir a la iglesia a escuchar la Palabra predicada pidiendo a Dios que nos hable y nos despierte, pedirle perdón por nuestros pecados y dar la vuelta en el camino que estamos andando ¿Te has dado cuenta de que cuando las cosas te van bien te atribuyes todo el mérito? Yo me lo merezco, bastante he trabajado para conseguirlo, estoy orgullosa de mí misma, etc. son frases que resuenan en nuestras mentes. Sin embargo, observa que cuando las cosas van mal miras hacia arriba ¿Acaso Dios no seda cuenta de esta situación? ¿Dónde está Dios para ayudarme? ¿Por qué permite Dios estas cosas en mi vida? Sabes que Dios está ahí, lo tienes escrito en el corazón, pero vives autoengañado. Esta vida solo tiene dos caminos. O vas hacia el infierno o hacia el cielo. Si no has nacido de nuevo, cada paso que des hoy te acerca al infierno. Estás a tiempo de dar la vuelta.